En los últimos años, ha habido a nivel europeo, una evolución de la construcción, hacia unas prestaciones y coeficientes de sostenibilidad muy superiores a los aplicados anteriormente. En este contexto, el avance (o el redescubrimiento) de la construcción de madera a base de soluciones industrializadas, como la madera contralaminada, o los paneles de entramado ligero, supone una revolución, ya que combina todas las virtudes medioambientales de la construcción en madera y todas las ventajas de la construcción prefabricada en seco. Quisiéramos participar en divulgar y profundizar en este proceso innovador con la incipiente industria local orientada hacia esta nueva sensibilidad.

La madera permite reducir las emisiones de CO2 en todas las fases del ciclo de vida del edificio. La madera es un material renovable y durante su crecimiento absorbe grandes cantidades de CO2. Se entiende por tanto, que como material de construcción actúa como almacén de CO2. La energía gris necesaria para la producción (cosecha, manipulación, transporte, acoplamiento), es mucho menor que en la mayoría de materiales de construcción. También es un material duradero y de baja transmitancia térmica, por lo que se reducen los costes de mantenimiento y se facilitan las reducciones de pérdidas caloríficas por puentes térmicos. Por último, es un material de fácil desmontaje y reciclaje.

La madera contralaminada y las técnicas de manipulación basadas en el control numérico, junto con las técnicas modernas de unión y la planificación integrada de los procesos, permiten acortar los tiempos de puesta en obra y garantizar unos niveles de precisión y calidad muy altos y constantes. Además, permite la estandarización de los elementos, hecho que se traduce en la reducción de costes y simplificación de la ejecución de obra.

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